
Siento perturbar la paz de aquellos que lean este manuscrito pero me siento con el deber moral de contar todo aquello que ha ocurrido pocos días después de aceptar aquel sencillo encargo. A pesar de sentirme arrastrado hasta los mismos límites de la locura, espero atisbar un pequeño ápice de cordura para contar con detalle lo que nos aconteció a la Srta. Carson y a mi hace poco mas de una quincena. Mi nombre es Roger Penrose, joven estudiante...