viernes, 4 de diciembre de 2009

RESEÑA El Gran Dalmuti


 
Escala posiciones en la clase social y llega a ser el Gran Dalmuti  para poder mandar sobre tus amigos. Pero cuidado, el poder se pierde rápido y cualquiera puede robarte la corona de Rey. 

 Todo buen friki pasa una época de bajón lúdico inevitable y, a veces, no deseado. Pero siempre hay un tipo de juego con el que puedes engañar a los amigos, la familia o incluso a tu abuela para echar unas partidas. Este es el caso de "El Gran Dalmuti", un juego sencillo a la altura de cualquier persona que no haya jugado jamas a ningún juego de cartas y que divierte como pocos. Y es que el placer de ser rey es algo que no se olvida facilmente.

Nº de Jugadores: 4 - 8
Tiempo Aproximado: 60 minutos
Idioma: Castellano

A pesar de haber sido editado hace poco tiempo por Devir en España, el Gran Dalmuti nació en el año 1995 de la mano de Richard Garfield, creador del mítico Magic. Nos encontramos un juego sencillo, a la altura de todos los públicos y que basa su gran diversión en la lucha por llegar al poder. Cuando un jugador gana, en la siguiente partida actua de rey (tambien conocido como Gran Dalmuti) lo que le otorga una serie de privilegios en cuanto a la mecánica del juego, pero sobre todo, la potestad de mandar sobre el resto de jugadores de la mesa, especialmente sobre el Gran Peón (el perdedor de la partida anterior). Las risas están aseguradas, pero vamos a explicar de que va todo esto.

COMPONENTES

El Gran Dalmuti es un sencillo juego que consta de 80 cartas numeradas del 1 al 12, existiendo doce cartas de valor 12, once cartas de valor 11, diez cartas de valor 10 y así sucesivamente hasta tener una unica carta de valor 1 que representa al Gran Dalmuti o Rey. También hay 2 cartas de Bufón que actuan de comodín. Estos son los únicos componentes de este juego, que  podemos encontrar en cualquier tienda de juegos al módico precio de 15 €. Un precio bastante elevado para ser un simple mazo de cartas.





MECANICA

En la sencillez de su mecánica radica el éxito de este juego en cualquier buena reunión de amigos. Podéis obtener información del juego en la WEB de Devir, y descargaros las reglas desde este enlace.

El Objetivo del juego es deshacerte de tu mano de cartas antes que nadie. Cuanto mas rapido seas, mejor clase social tendrás en la siguiente partida.

Durante la partida, al jugador que le toque el turno juega boca arriba el número de cartas del mismo valor que quiera. Se continua la ronda por el jugador sentado a su derecha, quien debe de jugar el mismo número de cartas pero mejorando el valor, o pasar. Se considera que el 1 es la carta de mejor rango y el 12 la de peor. Cuando todos los jugadores han pasado consecutivamente, se retiran las cartas y comienza la siguiente ronda el jugador que haya jugado el ultimo conjunto de cartas.

El primer jugador que se deshaga de todas sus cartas se convierte en El Gran Dalmuti para la próxima partida, y el perdedor se convierte en El Gran Peón. Y en este pequeño detalle radica la grácia de este juego. El Gran Peón debe de realizar todas las sucias labores de un juego de cartas como repartir o recoger los descartes. Además, el gran peon cede sus mejores cartas al gran dalmuti. Para engrandecer la figura del rey, se pueden asignar el mejor y mas comodo asiento para el rey y una banqueta incomoda para el gran peón, y que sea este último el que rellene las bebidas o vaya a la nevera a por mas refrigerios para todos bajo mandato del Dalmuti. Por supuesto, al rey se le debe hablar con respeto y acatar sus ordenes debidamente, pero cuidado, porque pasar de Dalmuti a Peón puede perjudicar a los mas "tiranos" para el regocijo de los peones mas vengativos.


Una mecánica sencilla pero que funciona a las mil maravillas y que a mas de uno le recordará a algún que otro juego de nuestros queridos naipes españoles. Apto para todas las edades y públicos, el juego perfecto para jugadores ocasionales y para jugar en familia. Las partidas son cortas, de no mas de 5 o 10 minutos, pero siempre querrás jugar mas y mas para ver si puedes alcanzar a ser el rey, o desbancar a ese tirano que no deja de avasallar al resto de jugadores.

CRONICAS

He jugado muchas partidas a este juego, sobre todo con gente que no es de este mundillo , y siempre ha sido un rotundo éxito. Tanto jugado en familia como con gamers. Aunque lo cierto es que cuando alcanza las mas altas cotas de diversión es jugado con amigos, interpretando los roles del rey prepotente y de los vasallos, con lenguaje medieval y fomentando los piques insanos que este juego puede generar.

QUE TIENE DE MALO 

El talón de Aquiles de este juego también es su virtud. La sencillez de su mecanica hace que los jugadores mas experimentados vean este juego como un pasatiempo excesivamente simple y exento de cualquier estrategia jugable. Como juego simple y asequible, su profundidad es nula y no se puede exprimir mucho mas despues de una intensa tarde de partidas. Además, para menos de 6 personas no es tan divertido ya que el cambio de clase social es menos probable. La gran pega de este juego es su precio, demasiado elevado para ser una simple baraja de 80 cartas, que ademas son independientes del idioma ya que no llevan texto alguno.


CONCLUSIÓN

Nos encontramos ante un clásico, un juego con una mecanica sencilla pero efectiva y que funciona a las mil maravillas. La inclusión de los roles de Rey y Peón fomenta el pique insano y el cachondeo durante las partidas, y nos invita a jugar una y otra vez sin parar. Un juego perfecto para abducir a nuevos jugadores a este mundo de perversión lúdica. Diversión directa y risas aseguradas.


Lo mejor 

  • Divertido y sencillo, al alcance de cualquiera. 
  • Los roles de Rey y Peón, e interpretarlos durante la partida lo hacen divertidisimo. 
  • Las reglas secundarias de rebelión y servidumbre fomentan el pique y las risas. 
  • Poder jugar con toda la familia.
  • Engancha, no dejaras de jugar hasta que llegues a ser rey y te vengues de los que te han avasallado. 

Lo peor

  • Su sencillez cansará a los jugadores mas experimentados.
  • El precio es elevado, para ser un mazo de 80 cartas. 
  • Que el pique se te vaya de las manos y te dejes de hablar con tus amigos. 
  • Las estrategias son limitadas, es un juego con gran componente de azar. 

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