jueves, 27 de septiembre de 2007

Crónica Unidad Beta .::Renacimiento::.



Ouch! Que horrible dolor de cabeza...

Dónde estoy? Rakhesuddin? Fuentemayor? Mierda, estoy dentro, ahora empiezo a recordar...

Todo ha sido tan rápido...qué locura, enredado en este asunto entre militares, qué mala suerte la mía! Aunque de momento he podido salvar el pellejo, como siempre. Lástima de Dosantos, vi como lo ajusticiaban mientras me desvanecía en medio del bosque, fue realmente cruel.

La idea de seguir a los camiones hasta Tanhausser era lógica, observar las inmediaciones y buscar algún plan para rescatar a nuestros compañeros y cumplir la suicida misión. Era lo único que podíamos hacer. Pero en cuanto fuimos descubiertos Dosantos se volvió loco, parecía una fiera acorralada. Mientras las fuerzas me abandonaban y me iba desvaneciendo en un antinatural sueño, pude observar desde mi escondrijo como se abalanzaba fusil en mano y gritando hacia los dos nazis. La explosión de las granadas y al final, en el último instante, la cara de autentico odio del soldado germano mientras disparaba a bocajarro al malherido Joao.

Yo no debería haber visto eso, no debería estar aquí...

Les he contado lo sucedido al resto, y ellos me explicaron qué les pasó desde que los capturaron.
Me han presentado a los demás, al indio, al americano, la extraña cría y el maltrecho canadiense...

Este sitio realmente pone los pelos de punta, las condiciones son pésimas, y encima tratándonos como cobayas para saber qué tipos de experimentos...

Estamos intentando idear un plan para huir. Debemos saber las guardias, obtener información extra. El americano, Desdmond nos ha dicho que el se encarga de la limpieza de los lavabos del pabellón de soldados. Si pudiésemos conseguir ir alguno de nosotros sería genial. También nos ha avisado de que vayamos con cuidado con lo que hablamos, que hay un soplón entre los reclusos. Realmente, del que menos me fío es de él.

He hablado con el canadiense, la verdad es que es un placer poder hablar mi lengua natal con alguien. No parece mal tipo, aunque no le queda mucho tiempo, realmente está jodido. Nos ha contado que a veces, viene el 'doktor' y se lleva a algunos presos a las duchas. Allí les someten a una especie de gas. Nadie sobrevive. Él y la cría han sido los únicos. Él realmente está jodido, pero la cría...

Velasco se está encargando de hablar con la niña. La verdad es que el español es un tipo muy extraño. Parece que se está encariñando con ella, dice nosequé pamplinas sobre su dios y su misión de protegerla. Bueno, la verdad es que ella únicamente parece confiar en Fuentemayor, así que no importa.

Primera noche en Tanhausser. Nos han venido a apagar las velas. Realmente estoy agotado y no voy a aguantar mucho más despierto. Debemos idear un plan para mañana...

Qué narices ha sido eso?!!!! Ese grito desgarrador en medio de la noche...eso no era humano...
Dios, necesito salir de aquí, esto es un museo de los horrores!

La alarma nos ha levantado a todos. Prácticamente no ha amanecido. Los soldados nos han llamado al patio principal y las caras de resignación de todos los reos no presagian nada bueno.

No ha sido nada agradable. Hemos conocido a Victor Haas. El muy cabrón tiene una mirada de hielo bajo esas gafas oscuras. Somos como ratas de laboratorio para él, aunque muy preciados, ya que cuando aquel preso se ha puesto a llorar cuando lo han seleccionado para ir a las duchas, y el soldado le ha golpeado, se ha puesto como una fiera.

Lo más tenso ha sido cuando se han llevado a Phirés. La cría se ha vuelto loca, se ha lanzado hacia los soldados y ha dejado frito a uno tan solo con tocarlo. Hemos tenido que retenerla, nuestros planes de fuga podrían haber acabado antes de comenzar.

Tenemos que darnos prisa en hacer algo, si conseguimos salir esta noche, para mañana aún podemos llegar al punto de encuentro con Hawksmoore.

Hemos decidido acercarnos Samir y yo a observar el edificio de las duchas más de cerca mientras Velasco se queda con la cría, la cual alberga una habilidad extraña.

Al acercarnos al edificio se han acercado 2 guardias, a los cuales no les ha gustado mi respuesta frente a su pregunta de qué hacíamos rondando las duchas, y frente a la mirada impotente de Samir y el resto de los reclusos, me han llevado a los 'agujeros'. En el momento en que habrían la verja que conducía a ellos, en un tropiezo he podido sustraerle las llaves a uno de los soldados.

En cuanto me lanzaron dentro del agujero todo se volvió negro... Al despertar tenía un dolor terrible en el hombro. Oscuridad total, toda clase de bichos se movían rozando mi piel y prácticamente no había aire. El dolor y la angustia eran insoportables. Reuniendo todo el valor que fui capaz conseguí recolocarme el hombro. Luego perdí la noción del tiempo.

La luz me cegó cuando me sacaron. Gracias a Samir, al cuál le debo una, y a su intervención con el general, no estuve demasiado tiempo.

Desperté en un hospital, dentro de un edificio en la zona este de la fortaleza. El médico que me atendió no tenía ningún atisbo de acento alemán, extraño...

Al salir pude observar un pequeño edificio con una parabólica en el techo y otro parecido al que yo salía.

Antes de que llegara de nuevo la noche ideamos un plan. Debíamos conseguir anular al soldado que venía a apagar las luces, coger su uniforme e intentar comprobar el manojo de 3 llaves que había obtenido. Pero había un gran problema. Estaba mal herido, y yo era el único que hablaba alemán.

Tuvimos que abortar el plan. Al llegar la noche aquel nuevo sonido penetró en nuestros oídos quebrando nuestras almas y anulando nuestra voluntad...Lydia decía que era Jack, su amigo, que tenía miedo, pero miedo era lo que sentía yo en aquel lugar.

En cuanto la oscuridad lo envolvió todo, fue Samir el que probó suerte. Debíamos conocer las guardias, los focos y las posiciones. Al rato volvió con una mueca de desasosiego en su rostro. No teníamos muchas posibilidades. De todos modos, habría que esperar al día siguiente para comprobarlo.

Otra vez aquella alarma. La procesión del horror hacia el patio central. El doktor necesitaba carne fresca de nuevo.

Esta vez fuimos nosotros los escogidos. Con dos almas en pena más y la desesperada Lydia en brazos de los soldados, nos condujeron a las duchas. Todo llegaba a su fin.

La desesperación hacia mella en nuestra entereza. Nos metieron en ese edificio y cerraron la blindada puerta. Uno de los reclusos se agacho, y agarrándose las rodillas empezó a lloriquear. El resto intentábamos golpear la puerta, buscar alguna vía de salida, alguna tipo de esperanza mientras el mortal gas se filtraba por las rejillas.

Mientras caía al suelo prácticamente incapaz de respirar y veía a Velasco subiéndose al banco con su camisa para intentar taponar la entrada, mi mente evocaba tiempos mejores en París...

Luz? Estoy vivo? Ouch! me duele todo, es como si me hubiesen dado una paliza...
Sed...muchísima sed..Donde estoy? Una celda, estoy sujeto a la pared con unos grilletes en los brazos, sentado en una camilla. Sed. Estoy vestido con un pijama de hospital y tengo marcas de pinchazos en los brazos. Sed. Una pequeña bombilla es la poca iluminación de la estancia. Mucha sed. Una puerta al fondo, con un ojo de buey. En medio de la sala una deliciosa botella de agua...

Las horribles carcajadas de Victor Hass mirándome desde la ventana me sacan de mi trance. Me pregunta como me encuentro, si tengo sed. La rabia me recorre el espinazo hasta colapsar mi cerebro mientras escucho la voz de ese hombre. Me dice que si tengo sed porque no intento coger la botella. Que si la quiero, que piense en ella, que piense en que la tengo, que viene hacia mi... ¡¡¡¡¡¡De golpe y porrazo, la botella vuela hacia mis manos!!!!!! ¡¡¿Qué mierda ha pasado?!! Hass empieza a divagar acerca de la evolución y de como el hombre puede superar a Dios y delirios por el estilo. No me importa, una frenética adrenalina invade mi cabeza, no se como he hecho eso, pero si he conseguido la botella, quizá los grilletes...¡¡¡Se abren!!! Puedo hacerlo, ¡¡¡controlo las cosas a mi voluntad!!! Una fracción de segundo, sin pensamiento, símplemente girarme hacia la puerta y dirigir mi voluntad hacia ese horrible hombre, no hay intención, únicamente rabia, ira.

Un terrible golpe en la puerta, todo retumba, pero no consigo hacerle nada. Con una extraña expresión entre fascinado y divertido, Victor Hass se retira dejando la estela de su risa en la oscuridad de mi celda. Una brecha de esperanza abierta en medio de la desesperación, algo totalmente increíble, he renacido de nuevo, y con un nuevo poder...

Vincent Dumaulle, miembro de la Unidad Beta

3 comentarios:

  1. Bonita cronica!, aunque un poco larga!!! Ya me conoceis, soy vago hasta para leer, pero que conste que la he leido entera! :D

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  2. Muxas gracias Mr. Rakhesuddin!! Aprecio más el hecho sabiendo que no eres de papearte las crónicas ;D

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  3. Mon dieu, mon dieu!
    Pego quien te has cgreido q eges paga gobargme la pegsonalidad!

    Apagte de eso no le ha quedado tan mal como seguía lo lógico paga una pegsona de sus aptitudes...

    El auténtico Monsieur Dumaulle

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